Olivia Paredes
La investigación y formulación de fármacos inhalados es una tendencia que va en aumento; la tecnología nos permite manipular o sintetizar nanopartículas con diferentes propiedades superficiales y físicas, por lo que se tienen mayores ventajas, explicó el académico del campus Navojoa, David Encinas Basurto.
Durante su participación en la Semana de la Nanotecnología, con la ponencia “Nanotecnología en la medicina: una revolución en la administración de fármacos”, el docente de posgrado precisó que una de las aplicaciones más recientes de la nanotecnología en la medicina fue en las vacunas para contrarrestar el covid.
“En la administración de fármacos, la ventaja que podemos tener es que la esta tecnología nos permite manipular o sintetizar nanopartículas con diferentes propiedades superficiales: si quieren cambiar la carga o tener diferentes composiciones de partículas inorgánicas, orgánicas, semiconductoras, etcétera.
“Podemos también tener propiedades físicas como los tamaños y funcionalizarlas; una de las aplicaciones más recientes de la nano en la medicina, que fue para Salud Pública, pues es la vacuna del covid, donde se utilizaban unas partículas poliméricas”, enfatizó.
Hay ventajas
El académico acentuó que existe una gran diferencia entre los medicamentos que se administran de manera sistemática, ya sea intravenosa o intramuscular, a aquellos no sistémicos, donde está agrupada la inhalación.
“Podemos tener una mayor disponibilidad de fármacos inhalados si los contrastamos con nanopartículas que son administradas oral o intravenosamente; ventajas que podemos tener o resaltar en la inhalación pulmonar es que tenemos una mayor absorción del fármaco, porque sabemos que el área superficial del pulmón es enorme y está conectada directamente al torrente sanguíneo”, dijo.
Otra de las ventajas es que se puede evitar el metabolismo hepático y tener una actividad sistémica baja, enlistó; se requieren dosis bajas, se reducen los efectos secundarios y hay mayor aceptación por parte de los pacientes.
“A muchos nos les gusta que los estén inyectando, por ejemplo, la insulina hay pacientes que se la tienen que inyectar hasta tres veces al día, entonces imagínese tener ésta inhalada; como es muy rápida la absorción de la insulina en los pulmones, no se tendría la glucosa elevada”, precisó.
Encinas Basurto externó que en la medicación sistémica se requieren dosis más elevadas y los fármacos estarían mayormente en el torrente sanguíneo, por lo que llegaría muy poco a los pulmones; contrario a la inhalación, que permanece más en pulmón y poco en la circulación.
“Y, por último, el efecto del fármaco es más elevado; creo que es lógico si tenemos una infección bacteriana, administrarlo directa o localmente, a que sea administrado intravenosamente, lo que ocasiona efectos secundarios”, aseveró.
Los fármacos que se inhalan, añadió el docente, son en estado sólido y se activan una vez que los absorbe el paciente; los tres tipos que existen son en spray, los cuales son utilizados por las personas con asma; el aerosol, que se refieren a la nebulización y los polvos secos.
“Actualmente, este tipo de medicación acapara más del 50% del mercado, no utiliza propelente, no necesita coordinación del paciente y es estable por tiempos prolongados”, concluyó.