Olivia Paredes
El consumo de tabaco y cigarrillos electrónicos es bastante frecuente entre los jóvenes; su historia clínica rápida refleja que son pacientes con problemas de salud iguales a los de un adulto mayor debido la alta ingesta de nicotina, precisó Zulima Elizabeth Ramos Lugo.
En el marco del Día Mundial Sin Tabaco, que se conmemora el 31 de mayo, la encargada del programa de Salud Estudiantil en el campus Navojoa detalló que al atender a los universitarios se les hace un pequeño interrogatorio para conocer los factores de riesgo que pueden tener.
“Uno de los más comunes es el consumo de tabaco y hemos investigado un poquito más porque cuando se presentan aquí, se están presentando casos, por ejemplo, de presión (arterial) alta, cosas que no mirábamos que se suscitaran en la población estudiantil, en tan jóvenes; pensábamos que pudiera ser en adultos mayores.
“Pero, actualmente, se están presentando ese tipo de anomalías en los jóvenes y dentro de ese interrogatorio que comentaba, nos hemos percatado que el consumo, por ejemplo, de los aparatos electrónicos, como vapeadores, es algo en común que tienen la mayoría de esos alumnos que presentan esa presión alta”, acentuó.
Además, es la cantidad
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños y jóvenes que usan cigarrillos electrónicos tienen al menos el doble de posibilidades de fumar cigarrillos más tarde en su vida; en ese sentido, Ramos Lugo enfatizó que ambos tipos de consumo de nicotina son muy nocivos para la salud.
“Pero la cuestión aquí, que estamos viendo con este tipo de aparatos, es la cantidad que consumen; quizás se presta a que tienen sabores, a que no huelen mal, a que no molestar alrededor por lo mismo de que no hay mal olor, tienden a utilizarlo con mayor frecuencia, a mayor cantidad.
“Lo que hace que los efectos secundarios que pudiéramos pensar encontrarlos a un más largo plazo, nos los encontramos a corto plazo en esas personas, más que nada, como comentaba, por la cantidad de nicotina que están ingiriendo, a parte de todos los tóxicos que tienen ese tipo de electrónicos”, subrayó.
Entre los principales daños que puede causar el consumo de tabaco, tanto en el paciente como en las personas a su alrededor, la médica del campus Navojoa enlistó anomalías físicas y cambios a nivel de sistema respiratorio, desde nariz, boca, faringe, tracto, bronquios y pulmones.
“Y el impacto también que llega a tener por la cuestión psicosocial, que tienen tendencia a presentar otro tipo de adicciones y con ello enfermedades a nivel orgánico; cuando hablamos de los fumadores pasivos, que es así como conocemos a quien está alrededor, también presentan sintomatologías pulmonares o enfermedades oncológicas relacionadas al contacto con la nicotina”, dijo.
Respecto a la publicidad de la industria tabacalera que se puede observar en las cajas de cigarrillos, con imágenes explícitas sobre el daño que éstos provocan, la académica de la Licenciatura en Enfermería puntualizó que no genera ningún impacto en los universitarios para disminuir el consumo de tabaco.
“En lo que hemos visto aquí, para nada, o sea, no le toman la importancia como tal, no lo ven como si fuera algo que les pueda suceder o consideran que tendrían que fumar mucho para que les pase eso; hay quienes lo toman también como risa el decir cuál quieres, el de la rata muerta o del intubado, no como algo que pudiera suceder”, indicó.
Zulima Elizabeth Ramos Lugo precisó que a pesar de que erradicar a la industria tabacalera y la abstinencia al tabaco son dos puntos muy difíciles, lo importante es informar a la comunidad estudiantil sobre el impacto que tiene el consumo del tabaco en ellos.
“Lo que puede pasar, las consecuencias que tiene éste para que ellos estén al tanto de la realidad, de lo que les puede suceder, cómo les puede impactar por el área de salud y orientarlos; tratar de cambiar esos factores de riesgo, por ejemplo, es muy común que estudiante te diga que consume tabaco porque disminuye los niveles de ansiedad.
“Entonces tratamos de decirle que hay otro tipo de terapias para que disminuya esa ansiedad y con ello, disminuya el consumo hasta que pudiera abstenerse a consumir, pero lo importante es educar para prevenir”, concluyó.